Son varias las campañas que en los últimos años Evián ha desarrollado utilizando como línea argumental la comparativa de la pureza del agua con la pureza de los bebés.
Gracias al Huffington Post he disfrutado del último de esos comerciales que puede presumir de más de 12 millones de visitas tan sólo tres días después de su lanzamiento. En él podemos ver a un hombre que pasea tranquilamente hasta que se da cuenta que su reflejo no es su imagen, sino la de un bebé con un gracioso parecido. El hombre empieza a bailar y, por tanto, también su imagen de bebé, al mismo tiempo que más adultos con reflejos de bebé se unen al movimiento.
El resultado es un divertido, atractivo y pegadizo anuncio al son de 'Here comes the hotstepper', y sino juzgar por vosotros mismos.
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